Una de las experiencias más gratificantes de este proceso de gestación subrogada en Ucrania fue sin dudas compartir tiempo con Anna, la gestante de nuestra hija.
Habíamos conversado con ella, traducción de nuestra coordinadora mediante, en diferentes momentos de la gestación, especialmente después de las ecografías de control, y nos sentíamos muy a gusto con ella.
Ni bien llegamos a Kyiv, nuestra coordinadora organizó una reunión y pudimos recibir a Anna en nuestra casa allí con un almuerzo para conocernos en persona. Un día que nunca vamos a olvidar y que se dio con total naturalidad y alegría. Las horas pasaban y seguíamos conversando, conociéndonos mejor y afianzando la hermosa conexión que habíamos sentido desde nuestros primeros encuentros virtuales.
Poder abrazarla, agradecerle cara a cara, acariciar su pancita y sentir a nuestra hija son instantes que quedarán gravados en nuestro corazón, especialmente el de nuestro hijo que pudo finalmente sentir a su hermanita moverse y entender aún más a magia de la gestación subrogada y de ese ángel que hizo posible la llegada de nuestra hija.
Esta posibilidad fue otro de los grandes valores agregados que encontramos en nuestra segunda experiencia en gestación por sustitución en Ucrania, dado que en nuestro primer proceso en otro centro de subrogación no habíamos tenido un primer encuentro de esta manera.
Y éste fue sólo el comienzo de una hermosa amistad basada en el mayor agradecimiento y admiración que pudieran existir. Se acercaba el gran día...
Familia de Cuatro
Qué hermoso 💚