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  • Familia de Tres

Somos 3

Actualizado: 22 mar 2023


Por fin llegó el día que tanto, tanto esperamos, y no es de extrañar que éste sea uno de los momentos sobre los que recibimos más consultas y preguntas en nuestra aventura de la gestación subrogada.


En virtud de la fecha probable de parto de nuestra gestante, programamos nuestro viaje para llegar a Ucrania con antelación, de modo de asegurarnos encontrarnos allí cuando el nacimiento se produjera.


Dado que en ningún caso se programan los partos, sino que se permite al embarazo seguir su curso natural para proteger la salud de la gestante (excepto en casos de complicaciones, por supuesto), es conveniente estar allí con tiempo.


Fue entonces que recibimos el aviso de nuestra coordinadora en el centro de subrogación cuando el trabajo de parto comenzaba y pudimos conocer a nuestro bebé a poco de nacer. Allí, la doctora a cargo nos brindó un parte médico con detalles acerca de la gestación y el nacimiento, así como el tiempo estimado en que nuestro bebé permanecería en observación.


En el centro de subrogación que elegimos en el primer proceso, los padres no presenciaban el parto. La gestante conoce al bebé al momento de dar a luz, pero luego el bebé es trasladado a una nursery junto con el resto de los niños y la gestante es internada junto a las demás gestantes en otro sector de la maternidad, y desde entonces no existe contacto alguno entre ellos.


Al ingresar por primera vez a la clínica de maternidad, nos sorprendió ver las salas de la nursery llenas de bebés recién nacidos, cada uno de ellos seguramente tan deseado por sus padres, que derribaron fronteras para tenerlos en brazos.


Si el bebé se encuentra en buen estado de salud, normalmente permanece en observación en la nursery durante tres días, y a diario sus padres pueden visitarlo, previa preparación con delantal, cofia, barbijo y fundas de zapatos descartables para garantizar la asepsia.


Durante esas preciadas horas, las enfermeras a cargo nos brindaban las consignas para cuidarlo y, conscientes de nuestra condición de padres primerizos, nos enseñaron a cambiarlo y alimentarlo correctamente (con señas y gestos, imagínense).


En el centro de subrogación que elegiríamos en nuestro segundo proceso, pudimos ingresar junto con la gestante a la clínica de maternidad desde un primer momento y acompañarla desde el trabajo de preparto hasta el nacimiento, incluso realizar el corte del cordón umbilical y vivir cada instante de este maravilloso momento hasta trasladarnos junto a nuestro bebé a la habitación donde permaneceríamos hasta el alta. Mientras tanto, la gestante de nuestra bebé permanecía en su sala privada recuperándose bajo el cuidado de los médicos de la clínica.


Una vez culminados satisfactoriamente todos los controles de rutina, recibimos el feliz aviso de que podíamos buscar a nuestro bebé para comenzar nuestra vida como familia de tres. Pronto les contaremos del inicio de esta maravillosa nueva aventura...




Familia de Tres


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