Con este video de @dr.kim_md, hoy vivimos de cerca este paso tan importante en el proceso de gestación subrogada.
La punción ovárica es una intervención sencilla a la mamá o donante de ovocitos que debe realizarse en quirófano tras la estimulación ovárica, generalmente bajo anestesia local o sedación profunda por vía endovenosa.
La punción folicular es uno de los pasos fundamentales de la fecundación in vitro (FIV) o ICSI, las técnicas utilizadas en los programas de subrogación de vientre.
Se trata de una intervención quirúrgica cuyo objetivo es la obtención de los óvulos del interior de los folículos del ovario.
Para poder localizar los folículos se emplea un ecógrafo transvaginal que va unido a una aguja con la que se punza a través de la vagina. Una vez que la aguja está correctamente situada y el folículo está localizado, un sistema conectado a la aguja aspira el líquido folicular y se transfiere a tubos de ensayo: en este líquido están contenidos los óvulos.
Los tubos de ensayo en los que se recoge el líquido folicular se llevan al laboratorio inmediatamente y bajo el microscopio, se localizan y limpian los ovocitos, retirándoles las células de la granulosa mediante métodos mecánicos.
Una vez terminado el procedimiento, se despierta a la paciente y pasa a una sala de recuperación hasta que se repone de la anestesia.
En un par de horas, la paciente recibe el alta y puede irse a su domicilio.
Ahora, llega el momento de la fecundación de los ovocitos maduros obtenidos, con la muestra de semen del papá o un donante de esperma.
Al día siguiente, el centro de subrogación nos informará el número ovocitos que resultaron fecundados y van camino a convertirse en esos preciados blastocistos que luego podrán dar paso al sueño de familia.
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