Uno de los aspectos que más tuvimos en al momento de elegir el centro de subrogación en Ucrania fue el cuidado que recibían allí las gestantes.
En esta foto, un detalle simbólico que habla del trato que recibió Anna, gestante de nuestra hija, en todo momento: el día del nacimiento me envió esta imagen desde su sala de internación para compartirme la sorpresa que había recibido del centro de subrogación: un arreglo de flores, bombones y una tarjeta con un poema que hablaba del valor de la mujer; ella se sintió muy halagada con este mimo, más allá de las atenciones que pudimos tener nosotros directamente hacia ella.
Así también había recibido del centro de subrogación un ramo de flores, chocolates y una tarjeta para el Día de la Mujer y, además de esos detalles, siempre nos manifestó encontrarse súper conforme con el cuidado hacia ella: la vivienda donde se alojó en el último tramo de la gestación en Kyiv, la atención médica, los traslados en automóvil a sus controles obstétricos y una vez producido el nacimiento de regreso a su ciudad, e incluso el monto de la gratificación recibida durante y al final del proceso, superiores al que las gestantes reciben en otros centros de subrogación más masivos.
Algunos detalles dicen mucho del respeto hacia cada gestante, tales como los viáticos que se reembolsan cada vez que viajan de su ciudad a Kyiv durante el tratamiento de reproducción y la gestación para sus controles médicos. Anna nos contaba que en otros centros de subrogación le ofrecían reembolsarle el monto del ómnibus básico exclusivamente, pero si ella decidía viajar en tren para más comodidad, no le reconocían ese gasto.
Tener la certeza de que la gestante de nuestra hija no tendría que estar lidiando con ese tipo de mezquindades, entre otras cosas, nos dio mucha tranquilidad de que el proceso sería respetuoso y digno en todo sentido.
Pronto les cuento más acerca de nuestro proceso de gestación subrogada en Ucrania.
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