¡Nuestro avión comenzó a descender y nuestra emoción cada vez más alta! Con mucha paz y a unos cuantos cambios de pañales, los tres juntos habíamos atravesado el océano y ya estábamos sobrevolando suelo argentino, todo un sueño hecho realidad.
Nuestra tierra nos había abrazado ya estando en Ucrania: el Consulado Argentino en ningún momento puso trabas a los trámites para obtener el pasaporte de nuestro hijo, mientras que familias oriundas de otros países se encontraban con obstáculos de todo tipo e inseguridad jurídica para poder regresar a su país. Tras despedirnos de nuestros compañeros de fila, esperamos con paciencia que bajaran todos los pasajeros y, ya con más espacio, organizamos nuestro equipaje de mano y abrazamos bien fuerte a nuestro hijo, ¡sólo faltaban los trámites de migraciones y equipaje! Buenos Aires nos recibió gentilmente (más que Europa inclusive): las filas de prioridad en migraciones y aduana hicieron que la ansiada salida fuera lo más ágil posible y pronto pudiéramos decir: ¡comienza nuestra vida de a tres en nuestro país!
También los invitamos a conocer nuestra segunda experiencia en gestación subrogada en Ucrania en un nuevo centro de subrogación, esta vez como familia de cuatro con la llegada de nuestra segunda hija.
Famiia de Tres